A primera vista puede parecer una locura vivir en un silo para el almacenaje de grano, pero todo con un buen diseño se puede llegar hacer, especialmente cuando hablamos de reciclaje aplicado a la Arquitectura. Aprovechando la estructura del silo y con un buen aislante podemos hacer de un frío silo una confortable vivienda.
El Arquitecto Christoph Kaiser ha combinado el fenómeno de las casas pequeñas y el del reciclaje aplicado a la construcción, para crear esta estupenda casa. Ubicada en Phoenix, Arizona, la vivienda tiene una superficie útil de tan solo 32 M2, y queda perfectamente integrada en el núcleo histórico de la ciudad.
Las paredes metálicas se han aislado utilizando espuma de poliuretano, nada más y nada menos que una capa de 25 CM de grosor aísla las paredes, así que este silo está perfectamente asilado incluso para los climas más exigentes. El silo se pintó de color blanco para reflejar todo lo posible el impacto del sol de Arizona en su superficie.
El interior se divide en 2 espacios con unas escaleras de caracol, en la planta baja encontramos una cocina que sigue la forma curva del silo, una pequeña mesa donde comer, un baño, y un sofá también circular que hace de salón; en la planta superior y ocupando algo más de la mitad de la superficie del silo se encuentra el dormitorio.